Se ama una ciudad, se ama a una mujer... y todo se funde, todo se diluye en una sola cosa; un paseo tranquilo, en la ensoñación de las calles que conducen a la belleza, es trascender lo material y dibujar la profundidad del amor.
Una gran ciudad es tu cuerpo
llena de escondrijos,
ocultándote,
al caer la noche.
Comparo la Gran Vía,
con tu espina dorsal;
paseando por el Jardín Botánico
de tu cintura.
Visito el Museo del Prado en tus ojos;
desemboco en un mar de lágrimas
pertenecientes a un Madrid Río.
Precipitándome al vacío
del Círculo de Bellas Artes
que dibujan tus caderas.
Gonzalo Gamella, 4ºESO
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