viernes, 15 de julio de 2016

Miércoles, 13 de Julio de 2016

En contra de toda expectativa, el taller sigue adelante; la poesía es aquello que cala tan hondo en el alma que se instala en ella. Y, en la conciencia de que da sentido a la leyes que rigen la andadura de los días, ... es imposible, una vez conocida, prescindir de cuanto significa. 

Por eso nos seguimos reuniendo, seguimos peleando con el calor a golpe de poema vivo e hirviente que da frescor a la vida... La vida, algo que nos pasa pero que podemos hacerla hermosa con el canto que le corresponde; y así, buscamos la tonalidad acorde a esos minutos, a esas horas que debemos hacer preciosos con el sencillo gesto de la emoción... La poesía es el centinela fiel que vela por ello.

Y así, seguimos en "pie de verso". La semana pasada fue el tema del miedo la sugerencia para que todos escribiéramos un poema ... Para la próxima será el tiempo... cura quizá del miedo, pero no de la pasión latente, guía seguro de quien escribe.

Miedo

Llena tu alma de jirones;
y la congela y se para,
separa como si amara
separar los corazones.

Las noches en Babylon,
te tiemblan las manos.
Vas buscando algo de acción,
todo esfuerzo en vano.

Rastrear cualquier rincón
por si va a atacar
la noche de Babylon,
tienes que escapar.

No puedes dormir, despierta,
llega la ansiedad.
Aunque duela, da la alerta,
algo duele de verdad.

Y no es envidia, no es pena,
no es pereza ni apatía,
es el demonio que frena
cada futura alegría.

“Para empezar, diré que es el final,
no es un final feliz, tan solo es un final.
Pero parece ser
que ya no hay vuelta atrás."


                                               Rubén Aguilar, 1º Bachillerato

Miedo que atenaza la garganta ...

Miedo que atenaza la garganta,
miedo que se escapa.
Miedo que te envuelve,
que te atrapa.
Miedo al ciclo constante,
miedo a tus ojos palpitantes,
miedo a ti.
A ti siempre,
compañera de soledad,
amiga de la oscuridad.
Habitante de hospitales,
de todos amante.
Y nunca perteneciente a ninguna parte.
Miedo a ti, que das y te llevas,
que al alba siempre llegas.
Miedo a que me arrebates,
la vida que me queda.
Miedo a ti, muerte traicionera.


                                                        Emilia Ramos, 4º ESO

Miedo ...



Tener miedo es humano, todos tenemos algún miedo, incluso, a veces, algunos tienen miedo al miedo.
Yo te cuento que le tengo miedo a la vida; lo más común es tenerle miedo a la muerte, yo no, le tengo miedo a la vida. Tengo miedo a saber mi destino, a los problemas que me vendrán, a la gente que conoceré...
No hay que avergonzarse del miedo, hay que afrontarlo o vivir con ello, supongo que hasta el día de mi muerte seguiré con miedo ¿Y después de muerta? No lo sé.
Te diré lo que siento cuando llega el miedo.
Las paredes se estrechan, agobian, noto la habitación fría, un ruido de cadenas lejanas arrastrando, veo una figura negra acercándose, le miro a la cara, una mirada fija pero perdida, me doy la vuelta, empecé a notar su respiración en el pelo, sus manos me envuelven el cuello, giro la cabeza, me sonríe y brota sangre de su boca,  acerca su cabeza y me muerde el cuello...
En ese mismo momento despierto, sudando, con las manos agarrando la cama y una mirada asustada viendo el techo, me río de ver que era una pesadilla, miro hacia mi lado, está ahí parado, sonríe y, antes de gritar un corte yugular, me hace callar...
Y eso es una pesadilla que se hizo realidad.


                                                                        Mariana Gómez, 2º ESO

miércoles, 13 de julio de 2016

Escondida

Escondida,
bajo la sombra
de mi propia verdad.
Esperando,
un poco de luz 
para poder salir
alzar la voz que llama
a la libertad.


                                                                  Anamaría Silvia Pavlov, 4º ESO

Hoy quiero perderme ...

Hoy quiero perderme             
por el laberinto
que forma tu cuerpo,
e ir resolviendo
cada enigma 
que esconde tu piel.
Poder llegar a lo más alto 
siguiendo el eco 
de tu voz. 
Y terminar así
hundiéndome en tus labios,
sellados por amor.


                                        Anamaría Silvia Pavlov, 4º ESO

Cada cicatriz ...

Cuando uno cae tantas veces, cree que todas esas heridas sanan, pero siempre queda alguna cicatriz.
Tú, niño de mi corazón, veo tantas cicatrices en tu cuerpo, tantas heridas abiertas aún, pero, no te cortes más, tienes que ser fuerte y yo estaré contigo, te apoyaré, no hay motivos para lastimarte; sé que la vida es dura y duele, pero no te hagas más daño a ti mismo. No tienes por qué.
Cuento cada cicatriz de tu cuerpo, son muchas, ¿Cuánto hay que sufrir para llegar a tal límite? Cada cicatriz tiene su historia -me dice-: una burla, un golpe, un empujón, un rechazo...

¿Por qué la gente es tan mala a veces? Él nunca hizo nada, sólo es diferente, solo es Emo... No tiene nada malo ¿O sí? Yo lo quiero igual, sea emo o un loco de los videojuegos, eso no le quita el derecho a vivir o a amar, o simplemente a ser amado. Pero la gente a veces es cruel y le da miedo lo distinto. Aun así, mi niño, no te lastimes más; yo seré tu apoyo moral y la vocecita que te ayude a seguir en paz. Toda cicatriz tiene si historia y todos tenemos alguna, solo hay que saber curarlas o llevarlas sin hacernos daño.

                                                Mariana Gómez Loaíza, 2º ESO

En mis sueños ...

Noche tras noche sueño la misma cosa, una mirada de tus ojos, una caricia de tus manos, un beso de tus labios y aquella sonrisa encantadora que me hacía feliz.
Siempre sueño lo mismo, solo con apoyar la cabeza en la almohada ya tu recuerdo me envuelve. Si te soy sincero, no quiero soñar ya con lo mismo; tuve mi historia contigo, lo sé, fue encantadora, fue estupenda -eso no lo negaré-, pero el amor ya se marchó,… qué extraño que me digas un "te quiero", pero eso no me llevará a estar contigo otra vez.
Supongo que mis sueños dicen otra cosa sobre lo que siento, me delatan, me hacen ver lo que más extraño, lo que imagino. Joder ¿por qué te tuviste que ir de mi vida?, me duele mucho tu ausencia, me llora el corazón y me hace temblar la idea de haberte perdido y todo lo tengo que ocultar, para parecer fuerte y hacerme la idea de que ya no estás.
Seguiré soñando, seguiré riendo y lo mostraré, pero lloraré en silencio, no quiero que me veas así.

                                                            
                                              Mariana Gómez Loaíza, 2º ESO
         

martes, 5 de julio de 2016

En la orilla de tus labios


Hablan las malas lenguas
que tú no eres una chica de bien;
todos la quieren a su vera
pero ninguno se le acerca.
Es que ellos no saben
lo que es nadar 
en la orilla de tus labios
sobreviviendo de algún que otro beso
que consigo pescar.
Que yo ya no se qué contarte
que no te haya 
contado ya
Que yo ya no sé qué sitio besarte
que no te haya besado ya ...
Que si quieres bailamos 
al compás de los latidos
de mi corazón:
en la orilla de tus labios
yo soy un náufrago 
a la deriva. 

                          Gonzalo Gamella, 4º ESO

He acariciado el lomo del libro ...


He acariciado el lomo del libro,
como cuando tú me acariciabas la cara.
He llorado palabras, 
que han caído sobre páginas.
Me he raspado los dedos con las hojas,
como cuando tú cortabas el amor que quedaba.
Lo he llevado todo al libro,
para que la historia no me sonara tanto a cuento chino.
Y ya no sé si pensar,
si llevabas en las retinas el verano o el invierno.
Para que cada vez que miraras, el corazón ardiera o se helara. 
La cabeza me dice “para de leer”, que pronto llegara el final.
El corazón dice que continúe, que puede haber saga y continuación sin llegar al final.
Yo ya no veo las letras con claridad.
Lo siento y junto a la lágrima, 
punto y final.

                                                                  Emilia Ramos 4ºESO

Ven

Ven hacia mi,
sin prisa ninguna;
ven hacia mí
como si fueras invierno.
Porque no hay nada más bonito

que ver como nievas
fumándote un cigarro 

en la terraza.
Porque eres la tormenta
de media mañana
que miro a través del cristal de la cocina:
porque eres esos brazos
que al entrar en casa
me arropan del frío.


                       Gonzalo Gamella, 4º ESO

Soledad ante todo

Soledad ante todo
que solo me sale 
para mí;
nunca te lo dije en alto
y habrá que ponerle un fin …
Y es que te quiero :
te quiero cuando me miras
te quiero cuando estás a mi lado...
Porque no hay nada mejor
que sentirte cerca
tumbada en el sofá
mientras veo pasar
el invierno en tus ojos.

                  Gonzalo Gamella, 4º ESO.