Poesía honda, profunda, revestida de la sencillez, de la ingenuidad de los comienzos... igualmente válida para expresar lo que se siente; igualmente bella... igualmente, poesía:
Cuando leo
mis ojos se engrandecen
y, por eso veo,
cómo a ti se parecen.
Dulce marfil
tierno oro
son como mil
enterrados tesoros.
Tus ojos son
como dos grandes lunas
que tienen maravillas
como otras, ningunas.
Tu locura tierna
me hace volar
y me parece eterna
cuando me quieres besar.
Tú a mi
me has fascinado
y por eso quiero
quedarme a tu lado.
Alejandro Valbuena, 2º ESO
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