martes, 30 de enero de 2018

"El dolor", León Felipe

El dolor es un sentimiento tan humano... pero da miedo cuando llega, y se silencia. Admitir el dolor es para muchos aceptar la debilidad, y vivimos en un mundo que no permite eso, que no permite los sentimientos en general... Pero el dolor pone al límite al alma, y la exprime de tal modo, que saca todo de ella; por eso se dice que del dolor nace el arte, la poesía. O, dicho de otro modo: el dolor puede transformarse en algo bello a través de la poesía. León Felipe supo como nadie lo que era el dolor porque vivió circunstancias que le quebraban la fortaleza; pero también supo como nadie transfigurar ese daño en belleza para ser historia viva de las almas de todos los tiempos.

No he venido a cantar
No he venido a cantar, podéis llevaros la guitarra.
No he venido tampoco, ni estoy aquí arreglando mi expediente para que me canonicen cuando muera.
He venido a mirarme la cara en las lágrimas que caminan hacia el mar,
por el río
y por la nube...
y en las lágrimas que se esconden
en el pozo,
en la noche
y en la sangre...

He venido a mirarme la cara en todas las lágrimas del mundo.
Y también a poner una gota de azogue, de llanto, una gota siquiera de mi llanto
en la gran luna de este espejo sin límites, donde me miren y se reconozcan los que vengan.
He venido a escuchar otra vez esta vieja sentencia en las tinieblas:
Ganarás el pan con el sudor de tu frente
“y la luz con el dolor de tus ojos”.

Tus ojos son las fuentes del llanto y de la luz.

lunes, 29 de enero de 2018

Hoy, 30 de enero, poesía ...

La poesía es belleza, cierto; pero no sólo belleza estética, es una especie de medicina que destruye la frialdad del alma, la dureza... y recupera para quien la recibe la sensibilidad en toda su extensión. Un corazón que se vuelve a los sentimientos nobles es capaz de hacer mejor a la persona que lo lleva. Y muchos se siguen preguntando para qué sirve la poesía... Miguel Hernández sabía muy bien de esa magia que reside en el verso, por eso dio su vida por ella. Pero no a medias, sino en toda su intensidad y su carga emocional -y emocionada-. Nadie con un poco siquiera de humanidad es capaz de permanecer impasible ante los versos del poeta; nadie con alma puede ignorar su grandeza... nadie puede leer sus poemas sin un nudo en la voz. Desde el taller, aquí, nuestro homenaje, y viva siempre el verso total, la carne rasgada y el sentimiento sublime.

Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.

Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.

Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.

Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.

Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.

Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.

Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.

A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.

Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.

Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.

Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
resuelve mi alma de encina.

Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.

Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.

¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?

Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.

Cuando vuelvas

Hoy te quiero amar,
con fuerza y garra.
Con esos besos lentos,
con dientes por el cuello
y con unos versos bañados en alcohol barato.
De ese que me tomo cuando no quiero pensarte,
y aun así lo hago.
Quiero la intensidad del fuego,
por unas venas olvidadas de incendios,
que siempre le han temido a la piromanía.
Quiero que me rompas los versos, los besos y la vida.
Y que cuando te hayas ido,
te recuerde como un huracán,
y tu a mi como una huida.
Un desenfreno de locura,
en medio de vidas oscuras.
Cuando te hayas ido,
recuérdame como un caos,
que se quedo con los labios partidos,
los dedos entumecidos
de estos versos que todavía no se han reunido.
Y los ojos con su brillo.
Cuando vuelvas,
recuerda que yo,

nunca me había ido.

                      Emilia Ramos

Voces rasgadas

Las voces rasgadas,
cantan canciones a chicas de extrarradio,
que han perdido el vaso en una canción demasiado buena,
para una verbena con más litros de ginebra barata,
que de lágrimas de luna llena.
Las voces rasgadas de vez en cuando te llegan al epicentro,
de un corazón a prueba de balas,
y piensas que esa noche,
Los acordes fueron versos de este poema,
que se compuso soplando velas.
Las voces rasgadas,
conquistaran tus oídos.
No las olvidaras ni cuando estés en las cunetas,
pensando en tu trinchera.
Las voces rasgadas,
van a revolucionar el planeta.

                         Emilia Ramos

domingo, 28 de enero de 2018

Hoy, 29 de enero, poesía ...

La poesía de Luis García Montero es tan cierta, tan hipnótica por lo que tiene de cotidiano cubierto de la belleza más sencilla, que quedó en la memoria de este taller desde la tarde en que nos dedicamos a leerla. Uno de esos poemas quedó grabado en todos nosotros, porque cada vez que se desgranan sus versos, se levanta la emoción y se recuerda por qué la poesía es esencial en este tiempo, y en cualquiera.

Como la luz de un sueño,
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo
iluminado
esa parte de ti que no conoces,
la vida que has llevado junto a mis pensamientos...

Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
cruzar la puerta sin decir que no,
pedirme un cenicero, curiosear los libros,
responder al deseo de mis labios
con tus labios de whisky,
seguir mis pasos hasta el dormitorio.

También hemos hablado
en la cama, sin prisa, muchas tardes
esta cama de amor que no conoces,
la misma que se queda
fría cuanto te marchas.

Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.
 

Hoy, 28 de enero, poesía ...

Poeta es aquel que ve todo cuanto le rodea desde el prisma de la poeticidad, esa magia que transforma el mundo haciéndolo más intenso; haciéndolo tan suyo por el sentimiento hasta los límites del gozo o del dolor. Para un poeta, esta es la concepción más auténtica y verdadera de la realidad; cuando esa visión se contrapone con otras viene el intento de regalar un poco de esa perspectiva por la que todo es más valioso ... La mejor forma de hacerlo es el verso. Quizá no lo logre, pero, fruto del intento, quedará un legado de belleza capaz de sanar almas y elevar otros corazones que lo reciban.
Este poema hiere ... extraordinario cómo un poeta puede traducir en palabras aquello que guarda y llevarlo a otros ojos, y lograr que sientan lo mismo. Ahí está el secreto que hizo que, un día, muchos nos enamorásemos de la poesía.

"Dondequiera que voy Grecia me hiere" (G. Seferis)

"Dondequiera que voy
Grecia me hiere.

En Pilion, entre los castaños, la túnica del Centauro
deslizábase entre el ramaje para envolver mi cuerpo,
mientras subía a la rampa y el mar me seguía
trepando él también como el mercurio de un termómetro,
hasta que encontramos las aguas de la montaña.
En Santorini, rozando las islas que se hundieron,
escuchando sonar una flauta entre las piedras pómez,
una flecha súbitamente lanzada
desde los confines de una juventud desaparecida
se clavó en mi mano.
En Micenas he levantado las grandes piedras y los tesoros de los Atridas.
Dormí al lado de ellos en el hotel de "La Bella Helena de Menelao"
y sólo desaparecieron al alba, cuando cantó Casandra,
con un gallo suspendido de su negra garganta.
En Spetsas, en Poros y en Miconos,
las barcarolas me laceraron.
¿Qué quieren aquellos que creen encontrarse
en Atenas o en el Pireo?
Uno que viene de Salamina le pregunta a otro: "No viene usted de la plaza Omonia?"
"- No - responde éste satisfecho - , yo vengo de la plaza Syndagma,
me encontré con Yannis y me pagó un helado".

Entretanto, Grecia viaja.
Nosotros lo ignoramos, ignoramos también que todos somos marineros sin empleo,
así como ignoramos cuán amargo es el puerto cuando los navíos han zarpado.
Y nos mofamos de aquellos que lo sienten.

¡Graciosa gente! Creen que están en el Ática y no están en ninguna parte.
Compran confites para casarse,
llevan en las manos "lociones capilares" y se hacen fotografiar,
como el hombre que hoy he visto
sentado frente a un telón de fondo con flores y palomas
que dejaba que la mano del viejo fotógrafo
le alisara las arrugas que marcaron en su rostro todos los pájaros del cielo.

Entretanto, Grecia viaja siempre,
y si vemos "el mar Egeo florecido de cadáveres"
son los que quisieron, nadando,
alcanzar el enorme navío;
los de los que estaban hartos de esperar los navíos que ya no zarpan,
el Elsi, el Samotracia, el Ambracicos.

Ahora que el Pireo se oscurece, los barcos pitan,
pitan sin cesar, pero ningún cabestrante se mueve,
ninguna cadena mojada ha cabrilleado con el último resplandor del sol que declina;
el capitán, emperifollado de oro y plata, permanece clavado en su puesto.

Dondequiera que voy
Grecia me hiere.
Cortinas de montañas, archipiélagos, granitos desnudos.
El navío que avanza se llama Ag-onía 937."

(A bordo del "Aulis", aguardando el instante de levantar las velas)

Verano de 1936 

sábado, 27 de enero de 2018

Hoy, poesía...


Resultado de imagen de garcia lorcaEn este taller no sólo late el deseo de que cuantos que nos reunimos encontremos las razones -y el modo- de tomar un papel mudo y hacerlo hablar en verso para que sea portavoz de lo que oculta el alma. No sólo cunde la intención de que, cuanto de maravilloso pueda salir del talento de estos chicos, se comparta desde estas páginas. Un de los motores de este taller -que alguno pensará demasiado ambicioso, pero, en fin, la realidad aún no ha conseguido vencernos- es llenar de poesía los huecos que lo cotidiano vende a la tristeza, la soledad o el desánimo. Por eso, bajo el epígrafe "Hoy, poesía ..." trataremos de regalar cada día un poema de los grandes elegido por los chicos a todo el que se acerque a este lugar. Y empiezo yo, que no soy uno de los "chicos del taller", pero tengo el inmerecido honor de dar el primer paso en cada iniciativa.

Para hoy, comparto un soneto de Federico García Lorca... Leer a Federico es leer mi infancia, leer mi descubrimiento de que amaba la poesía... Leer mi querida Granada, adonde tantas veces hice que me llevaran mis padres para respirar el mismo aire que rozó en el pasado al poeta. Y elijo este soneto porque los "Sonetos del amor oscuro" son creo, el compendio de lo que fue Lorca; pasión viva, desgarradora, traducida en unas palabras que rompen la carne y destruyen toda imagen preconcebida. Al leerlo, recuerdo con ternura las primeras veces que cayeron en mis manos, esperando una lectura que se me asemejaba prohibida por el fuego que desprendía; el mismo fuego que grabó en mi estos versos para siempre:

Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua, y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.

Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas, y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.

Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,
no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi Otoño enajenado.

Un día, estando en el taller, alguno de mis poetas dijo medio en broma, pero con un claro afán de verdad: "Vamos a tumbar Arganda a fuerza de versos. Porque este pueblo sería mejor si todos fuéramos un poquito más sensibles, y eso sólo la poesía puede conseguirlo..." y guardé esa frase, y ahora la comparto. 
Podremos "tumbar Arganda" o no... pero si podemos contagiar de poesía a cuantos se acerquen aquí, como dice el tópico, el esfuerzo -y el verso- habrá merecido la pena.

                                                                                          Rocío Romero

jueves, 25 de enero de 2018

40.000 minutos de poesía


El taller retoma su camino; ha habido desánimo, el peligro del abandono que siempre acecha unido a la falta de fe en un proyecto que tanto, tanto nos ha ilusionado. Sí, falta de fe porque juventud incipiente y entrega parece que a muchos les cuesta hermanarlas cuando es una realidad que arrasa cuando despierta.


Nunca hemos querido desde aquí que se nos nombre, que se nos tenga en cuenta siquiera, porque hemos hecho todo desde un casi total silencio que únicamente ha buscado dar a la poesía el lugar que le pertenece en el alma de cada uno. 

Volvemos, y volvemos a este blog que recoge ya más de 40.000 paginas leídas; no importa la cantidad, sino el orgullo de haber provocado más de 40.000 minutos de poesía viva en aquellos que siempre han confiado en nosotros y, lo que es más emocionante, en aquellos que ni nos conocen...

"Hoy, poesía,... yo invito"

Por eso hemos de dar las gracias y anunciar un nuevo objetivo en nuestro proyecto, que es regalar la sugerencia de un poema cada día, para que no falte el verso en cada mañana. Un poema nuestro o de algunos de los grandes que son maestros para todos. Pero poesía, siempre.

martes, 23 de enero de 2018

La poesía nos llamó tres veces

La poesía se expande, se contagia; jamás se abandonaHace dos años ya -el tiempo fluye silencioso y en su silencio trata de robar voces- dos muchachos con los ojos llenos de luz llamaron a la puerta de aquel Departamento de Lengua del IES Grande Covián que forma ya parte de mis recuerdos más amados. Pedían ayuda para dar alas a la poesía entre sus compañeros; pedían ser el azogue para una llama que estaba ya prendida en ellos... Y cómo latía en sus voces y su espíritu un verso maduro para su edad. Desde aquí doy gracias al cielo porque los escuchamos, nos cautivaron su ilusión y ese amor por la poesía que retrataba nuestra juventud misma. Fue algo... irrepetible; semana tras semana, poema tras poema, íbamos recibiendo nuevas voces, crecía la ilusión; venían nuevas voces y crecía, crecía la ilusión... El final del curso, el destino que separa -ingenuo- el camino de sentires hermanados por el verso... no pudieron, ninguno de ellos, segar el alma cada vez más viva de aquel grupo que había nacido en el refugio de las aulas.... Volvió otro noviembre, y más, y más meses iban jalonando la senda de un grupo sustentado nada más por la magia que lo unía... Y el tiempo, el destino, volvió a atacar de nuevo; y la magia actuó otra vez como un armazón protector de ilusiones nobles... Ahora, podemos decir que tenemos una historia a la que no podemos defraudar; y, más que a una historia, a unos corazones que se saben nacidos para albergar el verso. "¿...Poesía? Yo invito", se levanta de nuevo para ser testimonio de que juventud y poesía puede fundirse en un acorde melodioso y bello.

                        Grupo "¿...Poesía? ... Yo invito"

Madre

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Esos besos, tan fríos como Kosovo.
Lo veo claro, me siento puro
Madre, me estoy haciendo un hombre.
Esas lágrimas no palían tus males,
Si tu sangre ya no late
Y cabe todo mayo en tu sonrisa.

Daniel Rodríguez


Amores perros




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A corazón de trapo taparé tu frío
Cuando estés dormida.
Y de pagar condena entre tu pecho;
Escribiré los versos más tristes,
Escuchando lluvia;
Como bombas en Irak.

                              Daniel Rodríguez

Soledad cercana del Duero

Entre los desolados,
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austeros y muy hermosos
por nobles campos castellanos;
tierras fronterizas y fraternas,
en la soledad cerca del Duero
blanca como su espuma,
como su dulce agua;
Tu piel perlada, tus verdes ojos...


                        Daniel Rodríguez