sábado, 27 de enero de 2018

Hoy, poesía...


Resultado de imagen de garcia lorcaEn este taller no sólo late el deseo de que cuantos que nos reunimos encontremos las razones -y el modo- de tomar un papel mudo y hacerlo hablar en verso para que sea portavoz de lo que oculta el alma. No sólo cunde la intención de que, cuanto de maravilloso pueda salir del talento de estos chicos, se comparta desde estas páginas. Un de los motores de este taller -que alguno pensará demasiado ambicioso, pero, en fin, la realidad aún no ha conseguido vencernos- es llenar de poesía los huecos que lo cotidiano vende a la tristeza, la soledad o el desánimo. Por eso, bajo el epígrafe "Hoy, poesía ..." trataremos de regalar cada día un poema de los grandes elegido por los chicos a todo el que se acerque a este lugar. Y empiezo yo, que no soy uno de los "chicos del taller", pero tengo el inmerecido honor de dar el primer paso en cada iniciativa.

Para hoy, comparto un soneto de Federico García Lorca... Leer a Federico es leer mi infancia, leer mi descubrimiento de que amaba la poesía... Leer mi querida Granada, adonde tantas veces hice que me llevaran mis padres para respirar el mismo aire que rozó en el pasado al poeta. Y elijo este soneto porque los "Sonetos del amor oscuro" son creo, el compendio de lo que fue Lorca; pasión viva, desgarradora, traducida en unas palabras que rompen la carne y destruyen toda imagen preconcebida. Al leerlo, recuerdo con ternura las primeras veces que cayeron en mis manos, esperando una lectura que se me asemejaba prohibida por el fuego que desprendía; el mismo fuego que grabó en mi estos versos para siempre:

Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua, y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.

Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas, y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.

Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,
no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi Otoño enajenado.

Un día, estando en el taller, alguno de mis poetas dijo medio en broma, pero con un claro afán de verdad: "Vamos a tumbar Arganda a fuerza de versos. Porque este pueblo sería mejor si todos fuéramos un poquito más sensibles, y eso sólo la poesía puede conseguirlo..." y guardé esa frase, y ahora la comparto. 
Podremos "tumbar Arganda" o no... pero si podemos contagiar de poesía a cuantos se acerquen aquí, como dice el tópico, el esfuerzo -y el verso- habrá merecido la pena.

                                                                                          Rocío Romero

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