El dolor es un sentimiento tan humano... pero da miedo cuando llega, y se silencia. Admitir el dolor es para muchos aceptar la debilidad, y vivimos en un mundo que no permite eso, que no permite los sentimientos en general... Pero el dolor pone al límite al alma, y la exprime de tal modo, que saca todo de ella; por eso se dice que del dolor nace el arte, la poesía. O, dicho de otro modo: el dolor puede transformarse en algo bello a través de la poesía. León Felipe supo como nadie lo que era el dolor porque vivió circunstancias que le quebraban la fortaleza; pero también supo como nadie transfigurar ese daño en belleza para ser historia viva de las almas de todos los tiempos.
No he
venido a cantar
No he
venido a cantar, podéis llevaros la guitarra.
No he
venido tampoco, ni estoy aquí arreglando mi expediente para que me canonicen
cuando muera.
He venido
a mirarme la cara en las lágrimas que caminan hacia el mar,
por el
río
y por la
nube...
y en las
lágrimas que se esconden
en el
pozo,
en la
noche
y en la
sangre...
He venido
a mirarme la cara en todas las lágrimas del mundo.
Y también
a poner una gota de azogue, de llanto, una gota siquiera de mi llanto
en la
gran luna de este espejo sin límites, donde me miren y se reconozcan los que
vengan.
He venido
a escuchar otra vez esta vieja sentencia en las tinieblas:
Ganarás
el pan con el sudor de tu frente
“y la luz
con el dolor de tus ojos”.
Tus ojos
son las fuentes del llanto y de la luz.
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