Mujeres, siempre
mujeres.
Mujeres, compañeras,
amantes,
codo con codo, desbrozando la vida,
iluminando las madrugadas.
codo con codo, desbrozando la vida,
iluminando las madrugadas.
(Elena Muñoz, 8 de marzo de 2016)
Hace unos meses, casi por casualidad,
tuve el inmenso placer de encontrarme con Elena Muñoz. Yo había oído hablar de
ella; había leído cosas suyas, incluso… pero solo tenía esa percepción que me
ofrecía mi postura como lectora; me fascinaba la sencillez con que era capaz de
decir tanto; la simplicidad bien construida con que atrapaba y hacía vibrar más
allá de donde eran capaces de describir las palabras. Uno piensa que el
escritor está allí, como congelado entre las líneas de sus obras, pero eso es
solo una falsa imagen, pues fue calidez lo que encontré cuando tuve enfrente,
para mi sorpresa, a esta mujer deslumbrante. Desde entonces, han sido dos o
tres ocasiones más en las que he podido disfrutar del placer que es
intercambiar unas frases con ella, y siempre –junto con su sonrisa imborrable-
encuentro la satisfacción de comprobar que el éxito puede hacer mejores a las
personas.
Elena Muñoz sí, es cierto, es una
mujer que ha cosechado grandes logros, pero todo se debe a su trabajo, a su
dedicación y a ese saber hacer las cosas que tantas alegrías le ha concedido.
Es licenciada en Historia del Arte. Tras años de dedicarse a la docencia, en la
actualidad su vida profesional se desarrolla en el campo de la comunicación y
el marketing, así como de la gestión cultural. Colaboradora desde hace
años en diversas publicaciones con artículos y relatos cortos, es autora de un
blog de gran éxito en las redes sociales, Mi vida en tacones. Se
pueden encontrar colaboraciones suyas mensuales en las revistas digitales Culturamas y Este de Madrid.
En 2013 publica su primera
novela, Como viento en la espalda (Ediciones Bohodón); y, en
2014, Mi vida en tacones, con la misma editorial,
recopilación de artículos y microrrelatos de su blog en Internet. Cuenta
también con la participación en las antologías Entre tantos
(Ediciones Bohodón, 2013) Anatomías Secretas (Ediciones
Nostrum, 2013) y Laberinto de la dicha y otros relatos (Ediciones
Alkaid, 2014) y 35 noches para un sueño (Onix Editor 2014).
Hace poco, a principios de este mes, publicó su última obra: Nacidos bajo el signo de Eros (Ediciones
Ondina, 2016).
Actualmente
es Vicepresidenta Adjunta y primera Vocalía de la Asociación de Escritores de
Madrid, y lleva la dirección del área Rivas-Arganda-Corredor del Henares.
También en Rivas, tiene a su cargo la Asociación Cultural Letras vivas, una
organización dedicada al fomento de la Literatura y de las Artes a través de su
difusión en eventos y publicaciones y también escuela literaria y Editorial; a
su vez, se dedica a la organización de eventos, patrocinio, edición de libros, y cursos de formación en literatura y artes plásticas
Pero,
además de todo eso, aunque parezca increíble abarcar más facetas, Elena es
poeta. En 2015 hizo su primera incursión en la poesía con Momentos de arena
y hielo. Ella siempre dice que es principalmente narradora, pero que la
poesía atrapa; atrapa y, conocida, no se puede prescindir de ella. Así, asegura que no
puede abandonar ya el verso –prueba de ello es que sigue promocionando los
suyos, los de otros, y la poesía misma- pero tampoco debe hacerlo porque es
capaz de transfigurar en lirismo cualquier detalle, mínimo, de la realidad,
haciendo de él un poema lleno de emoción y belleza.
Sus manos,
siempre sus manos.
En reposo, en mi cintura,
alas recorriendo cielos.
Sus manos, sus manos siempre,
que hablan cuando su boca calla.
Sueño en soñar
en el hueco de su manos,
siempre.
(“Sus
manos”, 2016)
Ante
todo, desea dar a conocer, dar al resto del mundo esa visión tan personal
y suya de cuanto la rodea, desvelando al lector la hondura de cada momento
que en sus versos se hace único. Es una poesía sencilla en apariencia que
encierra todo un universo de sensaciones; una red de significados que se
extienden y arropan al lector. Es una poesía –en palabras de nuestro ya conocido
Fernando López Guisado, gran amigo de la poeta- que quiere “comunicar, expresar
la perspectiva de su yo frente a un mundo que pocos comprenden como ella, desde
una experiencia validada por años escuchando e interactuando con los otros
[…]”. Y es una poesía sensible y profundamente femenina, con cuya intuición
descubre rincones de la realidad inéditos para el prosaísmo de lo cotidiano.
Bésame como las olas
besan la orilla de sol y bruma.
Bésame como las olas
y seré entre tus labios agua y espuma.
(“Bésame”,
2016)
El
pasado miércoles, tuvimos el placer de “tenerla” entre nosotros, tan presente
en ese poema tan querido por ella y en tantas ocasiones muy valorado por su
composición así como por el tratamiento del tema: “Los príncipes azules”. Sin
duda alguna, sus versos emocionaron y dieron vuelo a las ansias de escribir de
nuestros futuros poetas:
Los príncipes azules
no quieren primeros planos.
Están hechos para ser vistos de lejos,
galopando en sus corceles,
con sus cabellos al viento.
Solo quieren ser observados
en vistas panorámicas
de batallas en las que sus armaduras
refulgen al sol.
De cerca, se notan sus cabellos
llenos de polvo,
y sus ojos rodeados de cansancio.
Y huelen a caballo y a cuero,
y a sudor mezclado con sangre
de sus enemigos.
de sus enemigos.
Cuando vuelven de la guerra
beben y eructan,
cogen la comida con las manos grasientas
y fornican vestidos por las prisas
sin decir nunca «te quiero».
Los príncipes azules no están hechos
para primeros planos.
Entonces, dejan de ser príncipes azules
y solo son hombres asustados
que no quieren morir.
(“Los
príncipes azules”, Momentos de arena y hielo)
Ciertamente, Elena Muñoz es una mujer trabajadora incansable, amante de su trabajo, capaz de ilusionarse e ilusionar con lo que hace. Capaz de trasmitir en cuanto escribe la emoción constante que es para ella la vida, pues reúne en sí misma la cualidad de difundir la poesía y contribuir con su obra a la belleza que esta significa.
Arganda
del Rey, 11 de Abril de 2016
Muchas gracias por haceros eco de mi poesía, de mis palabras. Es para mi un gran honor haber tenido cabida en vuestro mundo poético. Un abrazo muy fuerte.
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