miércoles, 23 de marzo de 2016

... Un segundo que los ojos esclarecen ...

Sí, escribir un poema es un acto valiente; cuántas veces lo hemos dicho en nuestras reuniones del taller. Escribir un poema es entregar el alma toda para que otros lean en ella, no lo cabalmente escrito, sino lo que su corazón les dicte... es valentía porque es entregar lo más profundo del ser, para que se conozca; es optar por la diafanidad de uno mismo, sin saber si el "premio" será el dolor o el éxito... Es valentía también desasirse de moldes, aventurarse con el verso libre; eso es difícil... Afortunadamente, sigue habiendo jóvenes valientes. Muestra de ello son estos dos poemas.

Un suspiro que cause la calma
que tanto anhelo me produce,  
Un deseo a la constancia de la que al momento,
mi alma carece,
Un esfuerzo mas que la cordura, 
de nuevo enloquece,        
Y tan solo un segundo mas
que los ojos se enclarecen,  
Y miro, de nuevo,
que el mundo permanece,
Pero, sin darnos cuenta,
La vida.. Se desvanece.



Libertad, que me das vida;
vida, que me das amor;
amor, que me das soledad;
y soledad, que me das dolor.
Felicidad, que quedas lejos;
distancia, que aun dejas huella
recuerdos que aun no se olvidan
y olvido, que, a día de hoy, se recuerda                      

y no sé que queda y que se marcha;
que me hace feliz y qué se escapa.


                                    Nada Bourass, 1º Bachillerato

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