domingo, 13 de marzo de 2016

Soneto del pájaro sin alas


Alas, un pájaro que queda, desasido de la ilusión, sin ellas. Hermosa metáfora con la que decir que el vuelo del alma a veces es tan grande, tan luminoso; se siente el vértigo de la felicidad tan patente, que el miedo lo frena de pronto y cae, fulminado, como Ícaro, por haberse acercado demasiado al fuego de los sentimientos:



Este es mi pájaro desalado,
aquel que voló, pero ya no vuela.
Encarcelado está, y aunque me duela,
yo mismo las alas le he cortado.

No fue súbito; primero fue aislado.
Le preguntaban el porqué no vuela.
Decía: "Nada, me duelen las muelas".
Y así, todos le dejaron de lado.

Ahora me arrepiento, mas es tarde.
Nada podrá ya volver a ser lo mismo.
Aun así, el corazón me arde.

Vuela libre, otro yo bien te guarde.
Que nunca vuelva a pasar lo mismo.
Yo ya lo he aprendido bien, pero tarde.

                                                  Olivier Przybylski, 1º Bachillerato

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