jueves, 8 de febrero de 2018

"Alhambra" (Jorge Luis Borges)

En una de las murallas de la entrada al conjunto monumental, en la Alcazaba, hay una placa que recoge una frase célebre extraída de un soneto del poeta mexicano Francisco de Icaza, que dice: Dale limosna mujer,/ que no hay en la vida nada / como la pena de ser / ciego en Granada. Kodama le describió a Borges el lugar donde se encontraban y leyó el texto sin pensarlo. Apenas pronunciado se sintió muy mal, y el escritor trató de consolarla diciéndole que ella sería sus ojos ese día. Borges percibió inmediatamente su temor y con una inmensa ternura y refiriéndose a la ascendencia japonesa de María, cogiéndole la mano, le dijo: "No te sientas mal. Tú me la enseñarás con los ojos de otro Oriente" (www.granadahoy.com). 

A veces, sin buscarlo, la poesía nos lee el alma y nos sale al paso con un poema buscado inconscientemente; y, al discurrir de sus versos, vemos nuestra alma reflejada en él. Es maravilloso saber que el lugar amado ha sido inspirador para los grandes ... Desde el invierno, desde la lejanía impuesta, se repara la melancolía del recuerdo gracias a la belleza.

Grata la voz del agua 
a quien abrumaron negras arenas, 
grato a la mano cóncava 
el mármol circular de la columna, 
gratos los finos laberintos del agua 
entre los limoneros, 
grata la música del zéjel, 
grato el amor y grata la plegaria 
dirigida a un Dios que está solo, 
grato el jazmín. 

Vano el alfanje 
ante las largas lanzas de los muchos, 
vano ser el mejor. 
Grato sentir o presentir, rey doliente, 
que tus dulzuras son adioses, 
que te será negada la llave, 
que la cruz del infiel borrará la luna, 
que la tarde que miras es la última.

No hay comentarios:

Publicar un comentario