sábado, 3 de febrero de 2018

Algunas preguntas para un "hombre bueno" (Bertolt Brecht)

Las voces de los que insisten en la inutilidad de la poesía, y del arte en general, repiquetean demasiado en los oídos de los que luchamos por demostrar lo contrario. Han sido muchos los poetas, los artistas, que han demostrado que su labor era válida para conseguir un mundo mejor. Así es; y lo afirmamos rotunda e inequívocamente. ¿De qué sirve dar pan a unas manos que se morirán de hambre mañana?... hay que enseñar a sembrar trigo, molerlo, para que se valgan por si mismas sin mendigar nunca más; ¿de qué sirve curar heridas si el enemigo -el hombre que dejó de serlo- volverá a abrirlas? Hay que enseñar que la sensibilidad es lo que hace al hombre y a la mujer humanos... y eso no hay fórmula mágica que lo consiga: la poesía, la música, el arte... son el camino. Es una verdad innegable que en una humanidad que se maravilla con la música, que se emociona con un verso, que se apiada ante una obra de arte, todo sería mejor.
Leamos versos como estos, y veamos si es cierto que la poesía vive en esa denostada "torre de marfil" sin querer mezclarse con los males del mundo:

Bueno, pero ¿para qué?
Dices que no eres sobornable,
pero el rayo que cae sobre la casa tampoco es sobornable.
De lo que una vez has dicho no te retractas.
Pero, ¿qué has dicho?
Dices que eres honesto, que lo que piensas lo dices.
Pero, ¿qué piensas?
Que eres valiente. ¿Contra quién?
Que eres sabio. ¿Para quién?
No te preocupa tu beneficio personal.
¿El de quién entonces?
Que eres un buen amigo. ¿De buena gente?
Entonces escucha: sabemos que eres nuestro enemigo.
Por eso ahora vamos a mandarte al paredón.
Pero teniendo en cuenta tus méritos y tus buenas cualidades,
será un buen paredón, y te dispararemos
con buenas balas de buenos fusiles
y te enterraremos con una buena pala en una buena tierra.

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