lunes, 7 de diciembre de 2015

Ciegos en medio de la luz, muertos en medio de la vida, solos en medio del amor ...




Hace meses, ese "Nos veremos" de Katherine dedicado a Pedro Salinas irrumpió tan emotivamente en mi lectura, que comenzó a edificar una serie de versos en homenaje a, quizá, el amor más profundo y maravilloso de la historia de nuestra Literatura.                                                                  

Pero tú, Katherine, con un tacto y una delicadeza incomparables,
[...] has ido inclinándome a creer en nuestro amor [...]
"Nos veremos. No lo dudes nunca".

“Nos veremos, no lo dudes nunca” escribí,
para ti
para siempre.
Pues por siempre creí vivas mis palabras:
árbol que va secando raíces
que desgrana besos 
que queda en nostalgias
y recuerdos infinitos.
Dolor, dolor, y más dolor regenerado para siempre
dolor en este abismo de silencio
en que me hallo;
dolor y espera
por voluntad propia
en esta soledad contigo.
Maldigo mis ojos que vieron tu brisa
derramarse a cascadas
desde aquella tarima;
maldigo el olor de tus rosas
fulgor de tu mirarme
ausente de nombre:
maldigo el tacto de tus manos
nacidas en sus ángulos
para abrazarse a las mías;
maldigo tus labios, caricia de mi rostro
caricia incansable
de mis horas rotas;
y maldigo mil veces tu voz,
tu voz, calidez excelsa y despiadada
con que aventabas el vuelo de mi conciencia.
Tu voz; te abandoné, y ella
escapó conmigo
haciendo lazo sus dedos
con el nudo de mi alma,
y en ella me vivo, en ella me hallo,
en ella ausculto el latido débil de mis días.
Te refugiaste en mi, tomaste ánimos, fuerza, confianza, amor, ...
Y te dejé
te dejé exhausto, desangrado
roto,
en medio de la nada,
en medio de tu nombre y el mío, que tú quisiste borrar
pero el dolor es indeleble.
Y ahora, mientras escribes
cada una de tus lágrimas
en esos versos que nunca ya te escucharé
voy apagando mi boca
pensando morir en ti.
Y ahora, mientras escribes el dolor obra de mis manos
te pienso no en la distancia
más allá de ti te pienso
como tú me susurraste …
más allá de ti muero
porque allí,
más allá de ambos,
no lo dudes nunca,
yo te esperaré.

                   (Rocío Romero. Septiembre de 2015)

1 comentario:

  1. Te felicito, Rocío, por este bello poema y por el importante proyecto poético que llevas a cabo.
    Espero escucharte algún día declamar tus versos.
    Gracias y un abrazo.
    Isabel F. Bernaldo de Quirós

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